jueves, 7 de junio de 2007

El mundo se pudre

SED DE TENER, NO DE SER

Hay seres observándonos con marcada estoicidad, día trás día, año trás año, siglo trás siglo; sin percatarnos nos advierten:

"Somos testigos silenciosos, de las indigencias y sopitipandos sufridos por otros mundos, como: crímenes, suicidios, torturas, penas de muerte, guerras, terrorismo, sobornos, secuestros, extorsiones, robos, fraudes, analfabetismo, destrucción de flora y fauna, hambre, desnutrición, parasitismo, delincuencia, sida, drogadicción, alcoholismo, contaminación del hábitat, pobreza, miseria, sequías, seres psico-socio-biológicamente deformes, agresión familiar, seres fabricantes de armamentos para asesinar y someter a otros y seres ciegos de poder y de gloria".

"Admiramos en estos seres su capacidad de llorar, como una forma de manifestar sus sentimientos, algo que nosotros no hacemos, pero no admiramos su capacidad de luchar en beneficio de los demás, ya que sólo luchan por el beneficio propio".

"Los efectos enumerados, para nosotros, son producto de una forma obtusa de pensar, al considerar normal, que generación, tras generación, se transmitan con mayor vehemencia: la doble moral, la hipocresía, la mentira, la falsa vanidad, el orgullo, el odio, la indiferencia, la codicia, la sed de venganza, la sed de ser yo aunque para serlo cause dolor y muerte".

"Valores que sustituyeron a valores como: la honradez, la responsabilidad, el honor, el respeto, la honestidad, la humildad, la dignidad, la integridad, la abnegación, la lealtad, la solidaridad y la equidad".

"Al no saber de tristeza no lloramos, pero si supiéramos, llora-ríamos al observar, como un mundo considera normal vivir entre tanta impudicicia y corrupción, un mundo así no tiene derecho a ese noble sentimiento, a no ser que lo use para llorar algún día, de rabia, por estulto y abléptico".